lunes, 29 de junio de 2020

CONCLUSIONES




            Dentro de los resultados es posible señalar que la inclusión universitaria para personas con discapacidad se encuentra en una fase inicial, corresponde a un fenómeno producido durante la última década y se ha enfocado principalmente a la participación de los estudiantes con discapacidad dentro del aula, siendo este espacio considerado por docentes y estudiantes como el principal para implementar las prácticas inclusivas. Estas prácticas se consideran elementos facilitadores para la participación de estudiantes con discapacidad en el aula y dentro de estas se encuentran; el uso de TICs, adecuación de materiales, modificación de evaluaciones y acción tutorial. Esta última práctica es la única que no está directamente ligada los y las docentes


De acuerdo a los hallazgos presentados, la mayor cantidad de estudios tienen relación con aspectos de la participación en el proceso enseñanza-aprendizaje por sobre la participación en relación con los aspectos socioeducativos. Es curioso que la perspectiva psicopedagógica tenga más preponderancia dentro de la inclusión educativa, teniendo en cuenta que la inclusión es un fenómeno que va mucho más allá de entregar y recibir conocimientos. En este sentido cabe destacar el carácter multidimensionalidad de los procesos de inclusión y su alcance hacia otras áreas de la sociedad. 



Además, es posible sostener que la falta de capacitación docente y la escasa formación para la atención a la diversidad es algo recurrente y transversal a los modelos educativos. Esta es una de las razones por la que estudiantes se sienten segregados y discriminados dentro de la universidad. Ante esto Fernandez, Vélez y Ruiz (2016) señalan que que existen ciertas dificultades a la hora de implementar programas de inclusión educativa, entre estas se pueden mencionar una cierta incoherencia en la concepción y organización del proceso inclusivo, insuficiencias comunicativas entre docentes y estudiantes, posibles resistencias para comprender la inclusión por parte del profesorado, y una falta de preparación de la docencia en temas de inclusión en cuanto a dominio pedagógico de técnicas y metodologías se refiere.



Otro elemento que tiene gran importancia como facilitador es el factor humano, desde la percepción de los estudiantes la universidad no es sólo un espacio de formación profesional o una puerta de acceso al mundo laboral sino un espacio para entablar relaciones,compartir con compañeros y profesores. Cuando una comunidad universitaria apunta hacia una cultura inclusiva el factor humano es valorado como facilitador de acceso y permanencia en la universidad debido a la vinculación y contacto que se establece con otras personas, si por el contrario, la comunidad no se encuentra en un camino hacia la inclusión, el factor humano puede representar una barrera tan significativa que produzca en los estudiantes la sensación de segregación y discriminación.


A pesar de existir literatura que denuncie la discriminación y marginación de estudiantes con discapacidad, y la importancia de desarrollar espacios educativos inclusivos, no aparecen hallazgos de transformaciones considerables en Chile sobre este tema.


La participación en espacios fuera del aula ha sido escasamente estudiada por lo que aún no es posible elaborar un panorama más complejo que contenga otros elementos facilitadores para la participación de estudiantes con discapacidad en otros aspectos, como la participación en la toma de decisiones, aspectos recreacionales, deportivos, entre otros que componen la experiencia universitaria. En este sentido, nos surge como pregunta para futuras investigaciones ¿Qué programas y prácticas promueven la participación de estudiantes con discapacidad en la comunidad universitaria?

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